NOSOTROS... PARAGUAY- María Belén Moreno Negrete- 3ro. Informática

Que mucho me has escuchado, noble tierra mía, y de nuevo a veces tan poco. Tierra de tantos y de unos pocos, enhiesta embarcación desafiante ante la tormenta, tierra de espíritu salvaje, primavera de ideales florecidos en corazones ardientes de mestizos de corazón selvático.

Mi Paraguay 200 veces noble, 200 veces auténtico, tu sangre hierve bajo tu borrascosa (frondosa) piel, fluye por tus torrentosas venas y emana tiñendo la tierra de justicia

Paraguay hecho de personas humildes, simples, malvadas personalidades, los llamados augustos y remarcables, sinnúmero de sinvergüenzas coronados de billetes, y millares de mudos que, como las plantas solo pasan coronándote con su silencio, entonando tu himno en el corazón, cada estrofa una inhalación de fuerza, cada coro un exhalo de alivio.

Paraguay ardiente 200 veces dueño de toda clase de almas, 200 veces caminado por los jardineros de tu tierra roja, tantas veces injuriado, tantas veces callado a golpes, tantas veces domado, aplastado, humillado pero siempre finalmente levantado sobre noble hombros. Es que somos nosotros, nativos de sangre azul quienes con alegría y cantando aramos tu tierra y cosechamos tus campos, dispuestos a levantarte.

Abandónate a nuestros brazos Paraguay que ningún yugo nos supo doblegar, ningún cetro nos hizo arrodillar, ninguna dictadura jamás nos oyó callar. Cierra los ojos Paraguay y atrévete a sonreír, que acá estamos nosotros, tu esperanza, siempre dispuestos a pelear sin más armas que el aquí y el ahora. Aquí en nuestros corazones prospera la flor del bello porvenir.

Volveremos a ese Paraguay de ñandutíes y fiestas patronales, de santos y fe divina, de orgullo y sencillez poblana, de guaraní limpio, de montes y aroma a madrugada, porque desde el día en que nacimos tenemos una deuda contigo, te debemos tu bienandanza, tu frente ornada con el laurel de la independencia

La historia fluye por nuestras venas, 200 tormentosos años de penas y gloria de lucha y deleite, de helada y azahar forjaron en nosotros la devoción del camino hacia el pago de la deuda, deuda convertida en promesa, promesa convertida en filosofa de vida.

No tengamos miedo entonces hermanos, que no afloje nuestra fuerza, que no turbe nuestro espíritu, promesas son promesas! No nos entreguemos a esta vida sin luchar que el Señor bendijo esta tierra el día que nos puso en ella, levantemos entonces la voz por los que no la tienen, sonriamos por los que lloran, tengamos fe por los que cesaron de intentar y adelante! Más rápido y más fuerte, adelante! Más alto aún, adelante! Hasta alcanzar la estrella…

Muchas gracias.


María Belén Moreno Negrete